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APOYO DURANTE EL DUELO

El proceso de duelo y sus etapas: Planifique con anticipación

EL PROCESO DE DUELO Y SUS ETAPAS                                         JUNIO 2021

            Hoy vamos a hablar sobre lo que significa el proceso de duelo y las etapas que el mismo nos lleva a atravesar. Como ya les he contado, en su texto “Duelo y melancolía”, Freud nos habla del duelo como “la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces”. Es decir, podemos iniciar un proceso de duelo no solo por la pérdida física de un ser querido, sino también por perder algún vínculo como por ejemplo en una pelea, separación, una mudanza o también por alguna situación como la pandemia, en la que nos vemos obligados a abandonar ciertos lazos afectivos o actividades. Si bien esto puede traernos graves desviaciones de la conducta normal, no es un estado patológico, sino un afecto normal. Dicho esto, vamos a centrarnos más que nada en la pérdida de seres queridos para analizar este proceso.

            En estas ocasiones, el deudo suele sentirse con una desazón profundamente dolida, perdiendo el interés por el mundo exterior, no pudiendo ocuparse más que de aquello que le recuerde al ser querido... Así, también cesa su capacidad de amar, y se produce, como característica principal, un empobrecimiento del mundo. Nada le interesa, nada le cautiva, no logra ver nada positivo fuera.

            En un primer momento, al toparse con la realidad, se puede ver que ese objeto de amor, o eso que nos importaba, ya no está más. Pero a esto el deudo no lo acepta fácilmente, y es por eso que lo primero que intenta es negarlo. No logra aceptar esta realidad, cree que no puede ser verdad, intentando de esta forma defenderse de aquel dolor. Luego de aquel estado de negación, confusión, comienzan a aparecer muchas emociones como enojo, ira, tristeza, frustración, y hasta culpa. El duelo nos muestra algo un poco contradictorio: aquel ser querido, contrariamente a no estar más en nuestra vida, pareciera estar más presente que nunca.

            Todo esto es lo que Freud llamó el trabajo del duelo. El mismo consiste en poder ir quitando toda esa libido, o energía psíquica, que había sido depositada en todo lo que se relacione a ese objeto de amor. Lejos de significar dejar de quererlo, es un intento de transformación de aquella relación de amor. Para atravesar todo este proceso, se necesita tiempo, no siendo este tiempo igual para todos. Así, se debe ejecutar detalle por detalle, pieza por pieza, la transformación de todos aquellos lazos. Esto lleva un gran gasto de energía al deudo, para poder reconducir toda aquella libido nuevamente a sí mismo.

            Una insistente búsqueda y encuentros constantes con el recuerdo de ese ser querido, el parecer verlo o escucharlo, tenerlo presente a diario, nos muestra esa búsqueda incesante que se produce en el trabajo del duelo. A pesar de saber que esa persona ya no está, insistimos en poder reencontrarnos. Todos estos desencuentros, o encuentros con la ausencia, producen como consecuencia, el hallazgo de la pérdida. Así, podríamos explicar al duelo también como una construcción de aquella pérdida efectiva que ya encontramos en la realidad. Patricia Fochi en su libro “El duelo la infición del mundo” nos dice que aquello que hace que podamos superar esto, es que podamos encontrarnos con este objeto ausente como imposible, inaccesible y así finalmente encontrarnos con la pérdida. Recién allí, cuando al fin el sujeto doliente admite que aquel encuentro anhelado no podrá darse, es cuando logra aceptar que ese ser querido ya no está.

            El tiempo que este proceso lleve es muy subjetivo, y ninguna pérdida es igual a otra. Pero como vemos, hay que darnos el tiempo para transitarlo, vivirlo, dándole lugar a las emociones que aparezcan. Luego de pasado ese tiempo, y habiendo podido resignificar nuestro vínculo de amor, vamos a poder volver a nuestra vida, con el recuerdo de nuestro ser querido, pero ya desde otro lugar, ese nuevo lugar que nos dimos el tiempo de construir.

           

Te invito a que me cuentes, si es que estas pasando por alguno de estos momentos, cómo lo estas transitando. Resulta de gran importancia y ayuda poder poner en palabras aquello que estas sintiendo. ¡Estoy a tu disposición para escucharte!  

Ps. Brenda Willams.

MP 15876

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